Ahora que siempre es de noche para ti.
Todavía recibes cartas, las dejamos encima de tu ropa, que sigue
doblada. Si quieres puedo enviarte un trocito de España, una buena botella de
champán y dos o tres libros. Sé que podrás disfrutar de mis regalos ahora que
los médicos te han dejado en paz con sus tubos en la nariz y en la tripa y ya
no tienes que forzarte a comer ni a coger el teléfono.
Ahora que siempre es de noche para ti.
¿Has ido a esconderte bajo una piedra, en una fuente de tartas, en un
recién nacido, en una tela, en una huevo, en un bordado? ¿Y qué puedes decirme
ahora que siempre es de noche?
Dime, ¿te sientes mejor? Dime, ¿es ligero como una burbuja eso de dejar
tu cuerpo ahí, igual que una prenda estropeada que ya no puedes ponerte? Se
acabó ese peso que aplastaba tu sonrisa, que aplastaba tu vientre, que te
aplastaba. ¿Pudiste escapar? Con tu
sonrisa doblada y guardada en el bolsillo ahora que siempre es de noche para ti.
La alargada sombra del amor, Mathias Malzieu.
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